En esta entrevista, Tato Alexander —tan cercana a la frescura de Kevin (el pájaro de Up) como a la intensidad de Kate Winslet— desgrana sus retos: desde dar vida a Tere, una mujer atrapada entre el amor y el fraude en Pérdida Total, hasta reinventar historias como Lo mejor del mundo para Netflix.
Tato, a manera de confesión, la única vez que te he visto en vivo fue en “Una Historia del Diablo”, y eso ya casi fue hace una década (creo). ¿Qué aprendizajes y anécdotas destacarías de esa experiencia? ¿Qué ha cambiado en ti como actriz desde entonces?
Muchas gracias por recordar esa obra de teatro. Pues sí, fue hace ya más de una década, hace 11 años, en el 2014. Aprendizajes y anécdotas de esa experiencia, pues muchas, la verdad.
Yo creo que vi casi mil funciones, o sea, sí había contado como 900. Fue la primera vez que hice comedia y que aprendí del timing y a conectar con el público. Fue la primera vez en mi vida que me enfrenté a la comedia.
Otra cosa que me dio fue la constante reinterpretación de un texto. Como vi tantas funciones, trataba de buscarle más posibilidades al texto que las que ya había visto, y eso es un entrenamiento muy padre.

¿Qué ha cambiado en mí como actriz? Como cualquier actriz, una va adquiriendo más herramientas con el tiempo. Y me veo con más herramientas, con el objetivo de ir juntando experiencia, que el producto final parezca más fácil, que se vea como cuando alguien baila y parece que nomás está ahí jugando, pero está haciendo unas cosas súper bonitas. Esta cuestión de mientras más fácil parece desde fuera, que menos se vea el esfuerzo, algo que fluya, ese es el objetivo.
Ya en tus proyectos actuales… En “Pérdida Total” interpretas a Tere, la novia de Claudio, quien orquesta un fraude de seguro. ¿Cómo te preparaste para un personaje que combina complicidad y frustración ante las mentiras de su pareja?
Fue muy divertido interpretar a Tere, la verdad, porque definitivamente sí combina complicidad y frustración ante las mentiras, y eso define muy bien lo que es Tere con Claudio.
Me divirtió mucho interpretar a alguien que está al borde de la desesperación; pero que está intentándolo, y que yo veía la vida a través de sus ojos. Es decir, veía a Tere y su tiempo perdido… ¡Cómo perdí tiempo con este cabrón! Para mí, era la sensación más grande que me daba ver la vida a través de los ojos de ella: sentía que Tere fue educada como para buscar a un güey que le pudiera proveer, y se equivocó con este Claudio. Entonces fue muy divertido interpretar esa frustración.

La película mezcla ironía y humor negro. ¿Qué retos creativos te planteó este género?
Realmente el reto es entender el tono. Una vez que lo entiendes, pues ya fluye. Y creo que eso fue gracias al director. Enrique Begné es un gran director de actores, y se ve en el sentido de que todos estamos muy homogéneos en el tono de la película.
El reto más grande es llegar al set y no saber muy bien por dónde va a ir esto. Pero eso también es parte de lo divertido.

Hablando de otro proyecto que ya está disponible en plataformas, en Netflix, te echaste la adaptación del guion de “Lo mejor del mundo”. ¿Cómo fue el proceso de reinterpretar la historia original?
Sí, ese es un proyecto al que le tengo mucho cariño. El proceso de reinterpretar la historia original estuvo muy padre porque la película original se me hace una genialidad. Bueno, es un producto ya muy padre.
“Lo mejor del mundo” es una gran película, y está más enfocada a la comedia; pero querían enfocarlo hacia un lugar más emocional, así que el proceso consistió en enfocarme más en la relación de ellos, en lo emotivo de las relaciones padre-hijo y reflejar la vida real, de plasmar cómo es que se pueden enfriar las relaciones en cualquier momento de la vida. Y eso es muy triste, y pasa más de lo que nos imaginamos.

¿Ya habías hecho este tipo de trabajos antes?
No, no había adaptado un guion. Había traducido teatro durante muchos años, y siempre hay una pequeña adaptación cuando traduces teatro. Hay una especie de tropicalizar o lo que sea; pero no se toca mucho el texto porque el teatro, al final, es un género más literario, y el guion es un audiovisual. O sea, son dos animales diferentes. El guion sirve para un producto audiovisual, y el teatro es un producto en sí mismo, entonces no se toca tanto.
¿Cómo surgió tu interés por la escritura de guiones?
Traducir teatro me quitó el pudor a sentarme en una computadora y escribir. Para mí, fue como fake it till you make it. Entonces, me sentía que estaba escribiendo, me sentía que estaba haciendo algo creativo, y pues a partir de ahí se te quita el miedo. De pronto, si tienes alguna idea o quieres hablar de algo, pues se te quita el miedo a decir: “Me puedo sentar y puedo empezar a hablar”.

¿Qué fue lo que más te gustó de esta experiencia?
Estar en el set y ver el trabajo de los actores y del director. Y ver cómo el texto ya les pertenece a ellos, ¿no? Y cobra vida de maneras súper bonitas; es fascinante ver ese proceso desde fuera. Porque casi siempre estás adentro, ¿no? O sea, como actriz dentro de un set, te estás interpretando. Y verlo de fuera fue fascinante y muy divertido. Ver a Salvador Espinosa dirigir a Michel Brown, a Mayra Hermosillo, a Fernanda Castillo.

Si tuvieras que elegir, ¿cuál ha sido el reto más grande en tu carrera: hacer reír al público o emocionarles con un drama? ¿Qué crees que te ha enseñado cada uno de esos desafíos?
Siempre es más difícil la comedia. Y en especial en teatro, porque las risas se escuchan y son en el momento, así que tenemos ese parámetro de si está funcionando o no la obra. En cambio, en un drama no te das cuenta si les está afectando o no al público. Entonces, para mí, la comedia sí es un poquito más compleja.
Para conocerte un poco más allá del escenario y la pantalla, ¿qué actividad o pasatiempo te ayuda a recargar energías y a inspirarte en tu trabajo creativo?
Voy mucho al cine. La verdad es lo que más hago en mi tiempo libre. También me gusta ver YouTube, ver tonterías en YouTube, la verdad. Es un guilty pleasure que tengo. Me hacen falta más pasatiempos. Me encantaría decir que soy más lectora y demás, pero no leo. No tanto. He de leer como, a lo mucho, tres libros al año. Y me gustaría leer más. Me pasa lo mismo con viajar, porque eso para mí siempre me enriquece mucho.

Si tuvieras que describir tu estilo cómico con un animal o un objeto, ¿cuál sería y por qué?
No sé qué animal sería, pero te puedo decir lo que me han dicho los demás. Mi hermana siempre me dice que me parezco a Kevin, el pájaro de Up. Y sí, sí lo veo, sí lo identifico. Y otras personas me han dicho que parezco Randall, el villano de Monsters Inc. Creo que son dos personajes muy diferentes, y no sé qué energía ven en mí que hace que me comparen con esos dos. Pero pues sí, me identifico con ambos.
¿Y de todo tu repertorio qué personaje te representa más y cuál es el más opuesto a ti?
En todos les encuentro similitudes, y en todos les encuentro cosas opuestas. No sabría cuál es el más parecido a mí. Me encantaría parecerme a Fabiana de “Cómo sobrevivir soltero”. Pero ella es más cool que yo, mucho más cool.
Y el más opuesto… Digamos que Fernanda de “Enloqueciendo contigo” es la más opuesto a mí.
Si “Pérdida Total” fuera un musical, ¿qué canción usarías para definir a Tere?
Usaría la de “Cien Años”, porque Tere es una chica educada a la vieja usanza y le gusta hacerse la digna.

¿Tienes alguna actriz o comediante que haya influido en tu enfoque como actriz, o en la manera en la que percibes el humor?
Sí, Kate Winslet, ella es mi actriz favorita de todos los tiempos. Cuando la vi en Titanic estaba muy chiquita, pero desde entonces percibí en ella algo que, obviamente, a esa edad no sabía definir. Kate Winslet es una actriz que tiene mucho sentido del humor y mucha fuerza. Y creo que eso hizo que la dinámica en Titanic funcionara.
Winslet era una protagonista diferente, con mucho punto de vista, mucha fuerza, mucho humor. Es decir, tenía un timing de comedia y, aunque la película evidentemente no sea una comedia, tiene sus momentitos ligeros y juguetones. Nunca había visto, o no había conectado con alguien como conecté con ella.

También admiro mucho a todos los de Saturday Night Live, en especial a Kristen Wiig y Kate McKinnon. Ellas han influenciado mucho en mi sentido del humor y en su versatilidad como actrices y standuperas.
Aquí, en México, me gusta mucho el trabajo de Sofía Niño de Rivera, y la verdad no es por ser palera, pero todas mis amigas con las que he trabajado haciendo comedia son un alimento también para mí. Igual convivir con ellas porque son gente muy brillante

Ya para cerrar: ¿existe algún personaje o género en el que aún no te hayas aventurado y que te encantaría explorar en el futuro? ¿Qué más veremos de ti en este 2025?
Muchos personajes y géneros… ¡Tengo mucho camino que recorrer, muchísimo! Y espero que la vida me dé esa oportunidad de andar todos los caminos que me gustaría, los personajes y las historias que me imagino y que me gustaría contar.
Sigue a Tato en Instagram: @tatisalexander
Créditos
Fotografía: Alberto Hidalgo.
PR: Yconik.
Entrevista: David Patiño Torres.