El cambio de chip para que tu mente y cuerpo superen el confinamiento

Numerosos estudios han probado que el confinamiento tiene su carga negativa. El cambio drástico de rutinas, el miedo y la ansiedad ante la enfermedad, trabajo en casa sin horarios fijos y que parece no terminar nunca, nuevas y mayores responsabilidades para cuidar a los hijos e hijas, videollamadas agotadoras, los quehaceres del hogar y las limitantes de recreación, nos han dejado estragos, tanto físicos como emocionales.

La posibilidad de quedarnos en casa en estos tiempos es una bendición, porque la pandemia nos demostró cuán vulnerables somos como sociedad, y muchas personas están pasando meses muy duros. Sin embargo, lo mejor llega cuando estamos abiertos a recibirlo.

A continuación, tenemos 5 consejos para que el regreso a la nueva normalidad te resulté más sencillo. Con estas recomendaciones te ayudarán a no sentirte mal si descubriste que algunas de tus prendas ya no te quedan igual, o si sientes que tu condición física se vino abajo.

1. Deja de decirte a ti mism@ que estás mal

Nunca dudes del poder de las palabras, y tampoco olvides que estamos atravesando una crisis. En cuestión de peso, la nutrióloga Shauna Faulisi explica que es normal ganar o perder algunos kilos después de un periodo estresante o infeliz en nuestras vidas.

Agradece a tu cuerpo por la fortaleza que te ha dado, y despídete de los kilos extra porque ya no los necesitas. Ahora estás segura, feliz y lista para una nueva fase. Este es un acto amable, y puede que parezca tonto; pero es poderoso, ya que parte de una verdad: somos seres humanos con altibajos y, lo más importante, con la capacidad de cambiar para bien. Al enfocar tu perspectiva de esta manera, actúas desde el autoconocimiento y no de la presión, por lo que será más sencillo y mejor recibido el cambio de hábitos alimenticios.

2. Alimentos: ve más allá de las sensaciones inmediatas

Sacrificar el placer por un bienestar óptimo nos pone en riesgo de caer, de regresar como un boomerang hacia aquel lugar del que pretendemos salir. De nuevo, todo radica en la forma en que ves el mundo y a ti misma: acepta que hay placer en cuidar de ti y de tu salud.

A la hora de elegir tus alimentos, concéntrate más en los resultados, y no en las sensaciones inmediatas. Dales preferencia a ingredientes naturales y evita todo lo que puedas aquellos que vienen envasados o procesados.

3. Mantente hidratada

Faulisi afirma que durante la noche perdemos hasta un litro de agua a través del sudor y la respiración. En consecuencia, lo primero que debemos hacer al despertar (además de agradecer por un nuevo día) es beber un litro de agua. Además de hidratarte y recibir energía, mantendrás a raya el hambre y los antojos matutinos.

4. A comer: inteligencia sobre cantidad

A pocas personas les resulta ingerir pequeñas cantidades de comida durante todo el día, ya sea por el trabajo, sus actividades o los alimentos que eligen para esas comidas. No debes castigarte con raciones minúsculas; por el contrario, necesitas alimentarte de forma inteligente.

Concéntrate en llenar tu plato con los alimentos adecuados para sentirse satisfecha durante períodos de tiempo más largos. Consulta a tu nutriólog@ de confianza para que te dé una dieta acorde a tus necesidades calóricas, o bien, guíate en opciones de instituciones serias, como el Plato del Bien Comer.

5. Muévete

¿Cuál es tu primer pensamiento cuando escuchas la palabra ejercicio? Todos creemos que ejercitarnos significa una actividad física intensa y sudorosa. Después nos imaginamos espacios específicos para hacer ejercicio. ¿Y qué me dices de la ropa y equipo? Ya son tres poderosos monstruos de los que, por miedo/desidia/economía, no queremos saber nada.

De nuevo nuestro principal consejo: cambia tu enfoque. El ejercicio potente es bueno si se hace de la forma correcta; pero basta que dediques el tiempo correcto a estirar cada musculo y adoptes una rutina que te dé energía en vez de robártela. De forma similar a los alimentos, la cantidad de actividades también deben ser racionales y equilibradas.

Los entrenamientos de alto estrés inducen cortisol de manera regular, y esto podría estar frustrando el propósito de mantener tu peso ideal, debido a que los altos niveles de cortisol retienen la grasa. Recuerda que el cuerpo se aferra a la grasa por seguridad, y la presencia de estrés podría estar trabajando en tu contra. Si a esto le sumas los cambios hormonales de tu ciclo menstrual… ¡Olvídate! Mejor sincroniza tus entrenamientos, escucha a tu cuerpo y dale la actividad física que necesita.

 

Redacción Ambiance/Con información de POOSH.