Entonces, has decidido probar las afirmaciones para mejorar masivamente algo en tu vida. ¡Genial!

Todos los gurús predican el poder de las afirmaciones positivas, que es una práctica de repetir verbalmente nuevas creencias o hábitos hasta que se conviertan en realidad. La idea principal de las afirmaciones es atraer, y puede que entre tus objetivos sean tener más confianza en ti misma, conocer a tu alma gemela o que te lleguen montones de dinero. En consecuencia, comienzas a garabatear “Soy saludable, rica y sabia” en todas las páginas de tu diario. Pegas notas adhesivas con afirmaciones por todo el espejo de tu baño. Pero en lugar de sentir un cambio sensacional de energía, no sientes… nada. ¿Qué podrías estar haciendo mal?

Generalmente hay dos razones por las que tu práctica de afirmaciones no funciona:

Razón1: sientes que te estás mintiendo a ti misma

Si la afirmación parece demasiado “exagerada”, puedes desarrollar un conflicto interno entre lo que estás haciendo y cómo te sientes realmente (lo que los psicólogos denominan disonancia cognitiva). Un ejemplo sería si estás tratando de afirmar “Soy una diosa hermosa” cuando en realidad crees que te ves como una papa triste. Tu cerebro no está convencido.

Para resolver este dilema, es recomendable usar una “afirmación puente” para cerrar la brecha entre dónde estás ahora y dónde quieres estar. La clave es afirmar una creencia que te saque de tu zona de confort; pero que no sea tan extrema que te perjudique. Puedes usar palabras para abrir el camino como:

  • “Estoy en el proceso de…”
  • “Estoy abierta a …”
  • Por ejemplo: “Estoy en el proceso de aprender a ver mi propia belleza”, o “Estoy abierta a la idea de que me puedan tratar como a una princesa”.

A medida que tu fe se desarrolle, tus afirmaciones también evolucionarán y se desarrollarán. Así que sigue esforzándote y superando tus límites.

Razón 2: (la más solucionable) te estás dando por vencida demasiado pronto

A todas nos encantaría agitar una varita mágica y que las cosas sucedan; sin embargo, todavía hay un proceso paso a paso que debe ocurrir. Todos los hábitos nuevos tardan semanas en formarse. Pero algunas de las creencias más profundas que estás buscando cambiar probablemente existen en ti y has vivido con ellas desde hace años o décadas. En lugar de castigarte por el progreso lento, ten compasión por tus esfuerzos. Recuerda que es una pequeña frase que se enfrenta a años de condicionamiento.

Intenta mantener la paciencia durante al menos tres semanas antes de abandonar tus esfuerzos. Un poco de persistencia puede ser de gran ayuda.

Con estas dos soluciones rápidas en mente, ahora estás en camino de afirmar y atraer cosas hermosas a tu vida. Y si te vuelves a atascar, solo afirma esto: “Soy fuerte, capaz y puedo superar cualquier obstáculo o contratiempo que se me presente”.