¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas superan las rupturas más rápidamente que otras? Por ejemplo, terminan una relación y en cuestión de semanas están saliendo con alguien nuevo, mientras tú has estado lidiando con el dolor durante meses. ¿Te has sentido culpable por eso? ¿Has cuestionado tu capacidad para avanzar rápidamente? Aquí te presentamos noticias reconfortantes: esta experiencia es más común de lo que crees, y hay varios factores que influyen en cómo una persona afronta una ruptura.
Mark Groves, un experto consultor y orador en relaciones humanas, creador del curso “Recuperación de Rupturas”, identifica dos de los factores más significativos en esta situación: el aferrarse al pasado y la baja autoestima. A continuación, te presentamos su teoría.
Aferrarse al pasado
Groves sostiene que este comportamiento está relacionado con heridas de abandono o rechazo que aún no han sanado, generalmente originadas en la infancia. Si no has sanado las heridas de tu niñez, es más probable que te sientas devastado después de una ruptura.
“Si realmente no hemos abordado el dolor de nuestras pérdidas y las formas en que fuimos decepcionados cuando éramos niños, una ruptura puede activar esa herida y volverse más dolorosa. A veces, un nuevo dolor es en realidad un dolor antiguo que no ha sido atendido”, explica Groves
Baja autoestima
El experto en relaciones humanas explica que las personas con baja autoestima sólo se sienten validadas y valoradas cuando otras personas se lo confirman. Por lo tanto, si su pareja termina la relación, pueden sentir que han perdido su propio valor y confirmado sus peores creencias sobre sí mismas.
Esta situación se agrava aún más cuando la persona tiene un apego ansioso, ya que pierde la seguridad y la certeza que su pareja le proporcionaba, y puede llegar a sentir que no es digna de ser amada.
Además de estos factores, se pueden añadir otras razones para comprender por qué algunas personas experimentan una mayor dificultad al lidiar con el fin de una relación.
A menudo, se nos ha enseñado que el término de un vínculo se asocia únicamente con razones negativas y se percibe como un fracaso en el amor. Sin embargo, no siempre es así. Algunas relaciones llegan a su fin no porque falte cariño, sino porque ya no se comparten metas, ideas o valores, y es mejor cerrarlas en buenos términos, basados en el amor y el respeto mutuo, antes de que ambas partes se lastimen y se limiten en su crecimiento personal.