Los vestidos largos, lánguidos y fluidos son, en palabras de Guia Rossi, una segunda piel. Para nosotras resulta fascinante como una sola prenda que originalmente se asocia a la elegancia nocturna, ahora puede resolvernos la duda sobre qué usar para el trabajo o una salida relax.
Las opciones son muy variadas, así como las posibles combinaciones: puedes usar un vestido largo con un jersey de cuello alto, o dejarte llevar por el encanto de los vestidos de punto y un buen blazer. Otra combinación infalible resulta de la gasa (ya sea en negro o el color de tu preferencia) con unas botas de suela chonky o los clásicos botines, al más puro estilo goth de Merlina.
Los lunares, cortes abullonados o estampados de flores (chiquitas o enormes), también estarán muy en onda. Pero el detalle que más nos gusta es que todos vienen con mangas largas: elemento perfecto para protegernos del típico clima de invierno.