¿Te has sentido últimamente agotada sin razón aparente, con los nervios de punta o con esos molestos calambres en las piernas? Pues bien, podría ser que tu cuerpo te esté pidiendo a gritos un poco más de magnesio.
¿Qué es el magnesio y por qué es tan importante?
El magnesio es un mineral esencial que participa en cientos de reacciones químicas en nuestro organismo. Desde ayudar a nuestros músculos a contraerse hasta regular nuestro estado de ánimo, este mineral lo hace todo. Cuando nuestros niveles de magnesio están bajos, podemos experimentar una serie de síntomas que pueden afectar significativamente nuestra calidad de vida.
¡Atención a estas señales!
- Cansancio crónico: te sientes agotada todo el tiempo, incluso después de dormir lo suficiente.
- Irritabilidad y cambios de humor: te sientes más nerviosa, ansiosa o deprimida de lo habitual.
- Dolores de cabeza frecuentes: los dolores de cabeza pueden ser un síntoma común de la deficiencia de magnesio.
- Problemas para dormir: dificultad para conciliar el sueño o despertarse varias veces durante la noche.
- Debilidad muscular y calambres: sentir los músculos débiles y tener calambres con frecuencia, especialmente en las piernas.
- Pérdida de apetito y náuseas: en algunos casos, la deficiencia de magnesio puede causar pérdida de apetito y náuseas.
¿Cómo puedo saber si tengo falta de magnesio?
Si sospechas que podrías tener una deficiencia de magnesio, lo mejor es consultar a tu médico. Él o ella podrán realizar las pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico y recomendarte el tratamiento más adecuado.
¿Dónde encuentro magnesio?
Además de los suplementos, puedes aumentar tu ingesta de magnesio a través de una dieta equilibrada que incluya alimentos como:
- Semillas: chía, lino, girasol.
- Frutos secos: almendras, nueces, avellanas.
- Legumbres: frijoles, lentejas, garbanzos.
- Verduras de hoja verde: espinacas, col rizada.
- Plátanos y aguacate.