Siete horas adelantadas me hicieron perder la noción del tiempo, y casi pierdo mi deadline en Ambiance para mandar la tercera entrega de la columna más rosa y por lo que he escuchado, la más leída de toda la ciudad. Espero estar a tiempo y poder contarles todo sobre un verano de ensueño. Dicen que el amor se encuentra en París; pero estoy seguro que no hay paisajes más hermosos que los italianos.

Contando atardeceres alrededor de estas vacaciones, tomé un vuelo directo a Roma para ahí empezar camino hacia la Costa Amalfitana. Primera parada: Sorrento, donde las rayas italianas decoran cada rincón en un hermoso azul marino.

Para los apasionados de los estampados como yo, les recomiendo quedarse en Maison La Minervetta. Créanme, no querrán más que vestir de pies a cabeza con Missoni. Hablando de esta firma italiana, a unos cuantos pies en ferry, encontrarán la boutique en Positano, donde su exclusiva colección te hará no querer quitarte el traje de baño.


Si han ido a Miami, este nombre les sonará de inmediato; pero es aquí donde realmente empieza el mito de Le Sirenuse, uno de los hoteles más famosos para vacacionar: burbujas y tonos dorados caen sobre el Champagne Bar. Y qué decir de guapos como el mismísimo Orlando Bloom. Les juro lo tuve a lado mientras me asoleaba.

Lo mejor siempre queda para el final y no hay lugar más especial y único que The J. K. en Capri (si han leído mi blog saben en quién está inspirado). Sus vistas enamoran y seducen al jet set internacional. Finalmente, en este viaje me topé a Aerin Lauder y Edgardo Osorio, y los tres acordamos que las postales mediterráneas son idílicas; sin embargo, nuestro país no le pide nada a Europa.

Los veo regresando para contarles todo sobre lo que México da de qué hablar. XOXO