Los saunas, utilizados durante siglos en diversas culturas, ofrecen múltiples beneficios para la salud respaldados por estudios científicos, aunque también presentan ciertos riesgos que deben considerarse. A continuación, te explicamos los principales hallazgos:

1. Beneficios cardiovasculares

El uso regular de saunas mejora la salud del corazón al dilatar los vasos sanguíneos, aumentar el flujo sanguíneo y reducir la presión arterial. Estudios observacionales en Finlandia muestran que quienes usan saunas 4-7 veces por semana tienen un 66% menos riesgo de muerte cardiovascular y un 65% menos riesgo de Alzheimer. Además, el calor simula efectos similares al ejercicio moderado, elevando el ritmo cardíaco y mejorando la resistencia vascular.

2. Desintoxicación y salud de la piel

La sudoración intensa en la sauna ayuda a eliminar toxinas como metales pesados (plomo, mercurio) y químicos; aunque su capacidad de desintoxicación es limitada y complementaria. También limpia los poros, reduce el acné y mejora la elasticidad de la piel gracias al aumento de colágeno y flujo sanguíneo. Sin embargo, en casos de psoriasis o eczema, podría exacerbar síntomas si no se controla.

3. Alivio muscular y recuperación física

El calor relaja músculos, reduce la inflamación y acelera la recuperación post-ejercicio. Atletas usan saunas para mejorar resistencia y reducir dolor articular, con efectos comparables a terapias de rehabilitación. Incluso se ha observado que quemar hasta 600 calorías en 30 minutos en saunas infrarrojas contribuye a la pérdida de peso.

4. Salud mental y sueño

La sauna induce la liberación de endorfinas, reduce el cortisol (hormona del estrés) y promueve la relajación. Esto mejora el estado de ánimo, combate la ansiedad y favorece un sueño profundo gracias al enfriamiento corporal post-sesión. Estudios vinculan su uso frecuente con un 20-65% menos riesgo de demencia, posiblemente por efectos antiinflamatorios y mejor circulación cerebral.

5. Beneficios respiratorios

Saunas de vapor (como los baños turcos) ayudan a descongestionar vías respiratorias, alivian síntomas de asma, bronquitis y resfriados. El calor húmedo dilata los bronquios y facilita la expulsión de mucosidad.

Riesgos y precauciones

Aunque beneficiosos, no son aptos para todos:

  • Personas con problemas cardíacos graves (angina inestable, insuficiencia cardíaca) deben evitarlas.
  • Embarazadas (especialmente primer trimestre) por riesgo de hipertermia fetal.
  • Deshidratación: La sudoración excesiva requiere hidratación antes y después.
  • Hipotensión: El calor puede reducir la presión arterial, causando mareos.

Recomendaciones de uso

  • Duración: 15-20 minutos por sesión.
  • Frecuencia: 2-4 veces por semana para beneficios óptimos.
  • Tipo de sauna: Infrarrojas para detoxificación; secas (finlandesas) para cardiovascular; húmedas (vapor) para respiratorio.

En conclusión, los saunas son una herramienta valiosa para mejorar la salud física y mental, siempre que se usen con moderación y bajo supervisión médica en casos de condiciones preexistentes.

Su combinación de beneficios históricos y aval científico los convierte en una práctica recomendable para la mayoría de adultos sanos. Cibelia Wellness ofrece sesiones y paquetes de tratamientos personalizados.

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