¿Qué tienen en común un rapero que lucha contra la gentrificación, un personaje en un universo de realismo mágico y un indígena que habla arhuaco en la jungla? Que todos viven dentro de Roberto Aguilar, T-Rob.

Actor y cantante en constante evolución, Aguilar nos recibe para una charla sin filtros donde habla de la disciplina detrás del talento, del valor de equivocarse en el estudio y de su mayor meta: estar tan ocupado que tenga que elegir entre una gira o un rodaje.

En la serie Te quiero y me duele de Cris Morena, interpretas a Juan Gris, un joven rapero que se enfrenta a la gentrificación de su barrio. ¿Cómo te preparaste para ese personaje y qué tanto de ti (o de tu vida) crees que tenía en él?

¡Uff, qué recuerdos! Fue una preparación intensa: tres meses de preproducción con clases de actuación, canto y baile todos los días. Había mucho de mi personalidad en Juan Gris: nuestro temperamento, la manera de socializar… un tanto reservados a veces, pero empáticos con nuestro entorno. Y eso sí, al 100%, nuestra manera de expresarnos por medio de la música.

En ese mismo proyecto, la música es un elemento central. ¿Cómo fue el paso de tu trayectoria musical hacia la actuación, y cómo viviste esa transición en ese proyecto en concreto?

Fue la misma vida diciéndome que también debía explorar el arte de la actuación. Esa transición fue un tanto fácil, gracias a que el género musical de la historia era el hip-hop en general. Disfruté tanto encarnar a un artista callejero, un rapero con una misión para su gente.

Hablemos, por favor, de la serie Cometierra para Prime Video. ¿Qué te atrajo de este proyecto y qué te sorprendió del personaje o del universo en el que se desarrolla?

Desde que leí la sinopsis y entendí que se trataba de una especie de heroína mexicana, con realismo mágico, desapariciones y otros temas. Me enganchó y supe que ese papel tenía que ser mío. Sabía que había una muy buena historia que contar, así que asumí el reto con mucha responsabilidad y mucha pasión por mi personaje.

¿Sin dar spoilers, cómo invitarías a la gente para que vea Cometierra?

Es una serie que los va a conmover. Les hará cuestionarse sobre todo lo que estamos haciendo mal como sociedad, pero, sin duda, también se divertirán y se enamorarán de cada uno de los personajes.

También estás en la serie Los 39, donde apareces como “Inamonca”. ¿Qué retos te puso ese rol y cómo estás abordando una historia donde actúas junto a talentos internacionales?

Un gran, gran reto interpretar a Inamonca. Era un guion de época, con vestuarios semidesnudos, filmando en la jungla… y creo que el reto más cañón fue hablar en dialecto. ¡Buaaa!, a veces mi memoria no me daba para memorizar en arhuaco, jajaja, pero al final se logró. Orgullosamente puedo contarte que di el 100% al trabajar con un cast tan grande, que incluía figuras importantes de Colombia y España. ¡Feliz de haber sido el único actor mexicano; una locura en verdad!

Hablando de tu música, sabemos que ya tienes varias canciones en plataformas y que estás fusionando géneros urbanos con otros sonidos. ¿Qué tan consciente eres del momento creativo en el que estás, y cómo decides qué camino sonoro quieres tomar en un tema nuevo?

Siempre es lo que más me cuesta decidir, jaja. Qué subgéneros fusionar siempre me pone en un dilema, pero siempre recurro a mi centro y a mi esencia, que es el boom bap. Soy consciente de lo que reflejo como artista y de lo que quiero contar. Tengo tantas influencias musicales, tan multifacéticas, que también entiendo que no se han pulido al 100%, pero ese es mi proceso y voy entendiendo el camino.

Roberto Aguilar

¿Cómo haces para equilibrar estos dos mundos —actuación y música— sin que uno opaque al otro? ¿Tienes algún método, rutina o “espacio creativo” específico para cada faceta?

Todo se va acomodando. Creo que aún no estoy en un punto de mi carrera donde tenga que elegir uno u otro. La vida me ha puesto donde debo estar, pero la meta es tener que pausar la actuación por alguna gira musical. ¡Me encantaría tanto tener que elegir una cosa por tanto trabajo! Jaja. Siempre encuentro mis ratos para la escritura, la composición, la lectura, la inspiración y el ocio.

De todos los proyectos que tienes ya al aire o por estrenar, ¿hay alguno que consideres “un antes y un después” en tu carrera? ¿Por qué?

Mi primer proyecto fue un antes y un después en mi vida. Se abrieron cientos de puertas y me dio la oportunidad de seguir creando.

Roberto, queremos saber un poco más de ti. Estudiaste cine digital y postproducción (mencionaste en tu bio). ¿Cómo han influido esos conocimientos técnicos en tu forma de actuar o de acercarte a un set de rodaje? ¿Te ayudan a “ver” las escenas de otra forma?

La verdad es que fue muy poco el tiempo que pude disfrutar de la universidad, ya que fue cuando empecé el rodaje de Te quiero y me duele. Muchas cosas técnicas me sirvieron, pero, ciertamente, también aprendí mucho en el set.

Cuando estás ante un guion, ¿en qué momento deciden el director y tú cómo vas a abordar al personaje? ¿Hay elementos que tú sugieres, o cómo combinas tu visión personal con la del director?

Cada director tiene su manera de desarrollar un personaje; algunos están más comprometidos con el guion que con el personaje en sí. Me ha tocado de todo —son más de siete los que me han dirigido— y de todos aprendo mucho. Se agradece siempre cuando te dan esa libertad de opinar y pulir un personaje. Se acostumbra, antes de cada escena, analizarla: ver qué sirve y qué no, cuál es el objetivo, pero siempre siendo fiel al personaje.

Para un actor joven con tu perfil, ¿qué consideras que es lo más difícil de mantener: dar con el personaje, conectar con el público, mantener autenticidad o simplemente hacerse notar?

Muchas veces terminas conociendo a tu personaje al final del rodaje, jaja. Es un viaje. Creo que siempre la autenticidad es lo que resalta en las personas; hay que estar abierto a conocer y conectar con el público y el equipo.

“No hay que esforzarse por hacerse notar; como te repito, siendo auténtico, solito empieza a fluir todo y la gente lo reconoce”.

En la música, cuando entras a la sala de grabación o al estudio, ¿qué papel juegan la experimentación y el error para ti? ¿Hay algo que “prefieras evitar” o “arriesgar” en una canción nueva?

Siempre está abierta la posibilidad de cometer errores en el estudio. Solo así te das cuenta de tu evolución. Para mí, entrar al estudio es un momento de juego, de experimentar y plasmar mi arte.

Hay veces en las que estás colaborando con otros artistas, hay más gente de lo habitual y uno puede abrumarse, cohibirse o bloquearse. Eso es normal y le pasa hasta a raperos más pegados. Es ahí cuando uno debe sacar la garra y creérsela, saber de lo que está hecho y fluir. Lo peor que pueda pasar es que tengas que regrabar voces, pero nunca olvides disfrutar el proceso.

¿Tienes rituales previos al rodaje o a salir al escenario? Algo que te conecte, que te centre, que te haga “entrar” en modo creativo. ¿Nos lo compartes?

Para la actuación, todo depende de la escena: si es feliz, eufórica, triste, etc. Tener claras las referencias, cargarme de ese sentimiento y tratar de no tener distracciones (aunque es difícil). También alguna playlist que me haga entrar en personaje, calentamiento vocal y algunos brinquitos para el nervio, jajaja.

Respecto al trabajo físico, mencionaste que eres un apasionado del deporte. ¿Qué relación tiene para ti el ejercicio o la disciplina física con la actuación o la música? ¿Crees que un cuerpo entrenado ayuda también al artista?

Indudablemente, es esencial para mí llevar ese balance de preparación física y mental. Sirve mucho para aguantar los llamados largos, resistir un show y, bueno, claro, para sentirse bien y darle ese mantenimiento al cuerpo.

Nosotros pensamos o sentimos que eres parte de una generación de actores/músicos jóvenes, y la juventud casi siempre piensa distinto, ¿qué cambios ves en las audiencias actuales que te motivan a crear de una forma distinta? ¿Y en la industria, qué te gustaría que cambiara?

Creo que la unión, la oportunidad de producir colaborando colectivamente. La flexibilidad que hay musicalmente, poder fusionar géneros y, también, gracias a toda la información que tenemos ahora, se han creado más oportunidades para nosotros los artistas jóvenes de empezar a crear y darnos a conocer; se ha democratizado el acceso.
Cambiaría varias cosas de esta industria, como incentivar modelos cooperativos que inviertan en infraestructura musical, instituciones y plataformas que den apoyo económico para artistas independientes, para que puedan producir, grabar videoclips, cantar en festivales, pero sobre todo que nos brinden esa educación y redes de soporte.

Finalmente: mirando hacia adelante, ¿qué sería para ti un proyecto “atrevido”, algo que aún no hayas hecho pero en lo que te gustaría incursionar (ya sea como actor o como músico)? Y ¿qué estás haciendo ahora para que eso ocurra?

Me gustaría trabajar mis habilidades dancísticas; es algo que he explorado poco y que últimamente me atrae bastante. Tengo ganas de hacer una película festivalera, algún personaje antagónico, grabar algunas sesiones en vivo de mis canciones… ¡pfff!, muchos planes en mente, pero soy consciente de que todo es paso a paso, un día a la vez. Sigo preparándome, rodeándome de la gente correcta y creyendo en mi propuesta, con esa fe y sensación de que algún día todo valdrá la pena, pero ya el mismo proceso lo está valiendo.

Sigue a Roberto en Instagram: tio_rob_

 

Créditos

Fotografías: Cortesía de Roberto Aguilar.

PR: @puntoentmx y @cardosoelsy_

Entrevista: David Patiño Torres @bavidbavid