María Félix es una serie que está llamando mucho la atención, ¿cómo te sientes al ser parte de este proyecto?
Estoy muy contento, imagínate, es un proyecto que difícilmente encuentras en la vida y de pronto eres de los afortunados que están dentro de él, y con la respuesta que tiene la gente ahora por la serie resulta hasta abrumador de cierta forma; pero en la parte positiva.
Sí, tienen muy buenos números. ¿Qué significó para ti interpretar a Emilio “El Indio” Fernández?
Es un personaje en quien siempre tuve interés, es algo que siempre quise hacer y ya antes coqueteé con esta idea de darle vida. Es una figura a la que le tengo mucho cariño, respeto y admiración. Estar en los pantalones del Indio Fernández en la ficción es algo que voy a agradecer toda la vida, y en definitiva es un parteaguas en mi carrera.
¿Cómo influye toda tu experiencia como director cuando te toca ser actor?
Son cosas muy distintas: cuando estás actuando siempre interpretas la idea de alguien más y, por lo general, tienes permiso de hacer tus aportaciones a los personajes; pero cuando eres director eres quién dice cómo quieres que sean las interpretaciones de tus actores. Entonces, son cosas que forman parte de lo mismo, no están peleadas; aunque si son muy diferentes. No te podría decir cuál me gusta más.
La verdad es que mi carrera se ha ido más por la actuación; pero estoy más que listo para dirigir mi próximo proyecto.
Sí, estamos seguros de que va a ser otro exitazo. ¿Verte en el número uno, con tan buenos números como en Malverde y María Félix, te genera presión para tus proyectos actuales y los siguientes?
Son cosas que, si bien las imaginas y cualquiera puede fantasear con la idea de estar en un proyecto exitoso, como actor es muy difícil saber si va a tener el éxito o la aceptación del público que se desea. A veces suceden estos fenómenos y lo único que queda es agradecerlos, porque más allá de presionarnos es saber que unos son así y otros no; entonces, hay que trabajar con la misma exigencia que nos llevó a ese tipo de proyectos aceptados por la gente.
Ramón, ¿todavía es tiempo para que nos hables de La Cuarta Silla? ¿Ya nos puedes contar algo?
Sí, te cuento. Es un proyecto donde nos juntamos tres actores: Guillermo Quintanilla, Víctor Civeira y yo, que surgió de reuniones que teníamos mes con mes. Durante años nos juntamos una vez al mes a comer y a un productor, Jerry, se le ocurrió la idea después de ver nuestras publicaciones en redes sociales. Él pensó que una conversación de estos tres personajes era algo que mucha gente quisiera escuchar, así que nos pusimos a trabajar e hicimos el piloto.
Ya estamos muy cerca de estrenar La Cuarta Silla el programa, donde el cuarto puesto lo ocupará un invitado o invitada para hablar de cosas que nos gustan y nos duelen a los hombres y que no encuentras tan fácil en otro tipo de proyecto, porque es meterte en la intimidad del pensamiento masculino sin ser tomado a la ligera.
Esa es La Cuarta Silla, un programa que pronto estará al aire y que cuenta con cuatro productores hasta ahora.
Siempre es bueno escuchar a alguien más sobre temas que nos inquietan, pero no sabemos sacarlos o acercarnos a ellos.
Sí, es bien interesante, porque nadie imaginaba que las conversaciones que tenemos aquí (las cuales hemos presentado en el piloto a gente que ya se ha sumado al proyecto), eran algo que tuviéramos nosotros tres.
Nos metemos en una discusión que tenemos de forma cotidiana, porque aparte somos tres personajes que se respetan el uno al otro, lo que hacemos y como seres humanos. Siempre respetamos el habla del que está enfrente, entonces creo que es una conversación muy bonita de tres actores con cierta experiencia (mucha, poca, la que sea), donde nos escuchamos y platicamos de las cosas que nos duelen, que nos preocupan, que nos gustan y que nos dan placer. Manejamos muchos temas.
Ya que estamos hablando de tus redes sociales, hemos visto que andas muchísimo a caballo, ¿cómo te sientes montando?
Es algo que he hecho desde la infancia y que quisiera hacer el resto de mi vida. Tengo la fortuna de poseer caballos propios, lo que me tiene muy ocupado, pero me hace muy feliz. Me enorgullezco muchísimo de conseguirlos, porque son cosas que soñé desde niño.
Irme al rancho a montar los animales me da mucha vida y la verdad logra que me den más ganas de seguir trabajando.
Ramón, también sabemos que muchas películas están viendo la luz como es el caso de Emboscada o La exorcista, ¿qué otros proyectos vas a estrenar en lo que queda de este 2022?
La Emboscada se estrena a principios de noviembre, es una película de la cual me siento muy orgulloso y tal vez sea la película más redonda que haya hecho en mi vida. Aquí me dejaron explorar a fondo personajes que ya tuve oportunidad de interpretar, con aristas parecidas a ellos; pero como si me dieran la oportunidad de meterme en las entrañas de una personalidad así.
Tuve además como coprotagonista a Adriana Llabrés, que es un espectáculo de actriz, y nos dirigió René Herrera. Esta es su ópera prima, donde le metió todo el ahínco posible para sacar el mejor de los resultados y lo logró. Se trata de un thriller que hace homenaje al cine negro de la época dorada del cine mexicano y obtuvo un trabajo espectacular. También fue fotografiado por el maestro Carlos Hidalgo; entonces es una película a la que le va a ir muy bien, estoy convencido.
Por otro lado, estreno a finales de octubre La exorcista, una película muy poderosa; producida por BTF, Pablo Guisa y Laura Veytia. La dirigió Abraham García Bogliano y comparto créditos con Julio Bracho (que es mi primo) y María Evoli, quién es la protagonista de la película. Ya soltaron el teaser y es de verdad soberbio.
Hablando de proyectos enormes, ¿cuál dirías que es la producción que marcó un antes y un después en tu carrera?
Es muy difícil saberlo, porque mi carrera no fue a partir de un proyecto que te pueda decir “este fue el trampolín”. La verdad es que el crecimiento siempre sucedió de forma gradual, entonces no te sabría decir.
Tengo proyectos que han sido muy exitosos; pero cuando llegaron a mí yo los veía como una consecuencia de todo lo previo, no como una casualidad. En este trabajo hay producciones que tienen mucha aceptación del público y otros a los que les tienes mucha confianza y no sucede nada, esto es algo que nunca vamos a saber.
Si tuviese que escoger alguno, probablemente, sea una serie que hice hace muchos años que se llama El cartel de los sapos, porque me siguen reconociendo hasta la fecha por el personaje que interpreté ahí; pero no quiere decir que sea el que me causó más trabajo. Yo llegué a ese proyecto cuando ya tenía años trabajando, sólo que ocurrió el fenómeno de la popularidad con este. No pasa con todos, pero sí, pienso que podría ser ese.
Tenemos tres preguntas muy extrañas ya para despedirnos. Ramón, ¿recuerdas lo que hiciste con tu primer sueldo?
Yo fui extra de comerciales durante muchos años, esperaba todas las semanas y lo que hacía con lo que ganaba era pagarme las clases de actuación en la escuela de Patricia Reyes Espíndola. Eso es lo que hacía con mi sueldo, no como actor, pero digamos que ya en este mundo audiovisual. Extreaba y con eso mantenía el sueño vivo.
¿Cómo te describirías en tres palabras?
Romántico, soñador y necio.
Y muy machetero desde siempre, por lo que nos cuentas.
Sí, mucho, si me pides o alguien me pide algún consejo en la vida siempre diría: trabaja los 365 días del año en pro de tu sueño. Con eso vivo. Y no me refiero a meterle 14 horas de trabajo al día, a veces funciona hasta una llamada, salir a caminar, seguir soñando; pero que todos los días de tu vida hagas algo en favor de tus sueños. Eso es lo que yo proceso en la vida.
Ramón, con este complemento que nos diste ya respondiste nuestra última pregunta: ¿cuál es tu frase de vida?
Hay una máxima que me gusta mucho de Immanuel Kant, que resume lo que te digo. Yo no soy filósofo; pero me llevo puesta esa frase siempre que dice: obra de tal manera que la máxima de tu conducta sea elevada a nivel de universal observancia.
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