Estos tacones bajos demuestran que, a veces, lo más sencillo puede ser extraordinario.
Cuando se trata de crear el look perfecto, solemos pensar primero en prendas clave como sacos, pantalones, blusas o accesorios llamativos. Sin embargo, hay un elemento que muchas veces se subestima, pero que puede definir por completo un atuendo: los zapatos. Elegir el calzado incorrecto puede desbalancear toda la armonía de un outfit, mientras que una buena elección eleva instantáneamente el estilo.
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Aunque a primera vista un zapato poco convencional podría parecer un error, en muchos casos esa misma rareza puede convertirse en un acierto estilístico. De hecho, hay ocasiones en las que apostar por un diseño fuera de lo común —con un toque desenfadado o vintage— da como resultado una propuesta única, interesante y altamente memorable.
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Esta temporada primavera-verano 2025, los ojos del mundo fashionista se han posado sobre un tipo de calzado que representa una ruptura elegante con los convencionalismos: los Frumpy Pumps. Se trata de zapatos de tacón bajo y punta almendrada, cuyo diseño minimalista logra un equilibrio perfecto entre sofisticación y funcionalidad.
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Firmas como Altuzarra, Carven y The Row ya los han incorporado en sus colecciones más recientes, apostando por materiales como cuero efecto cocodrilo, paletas neutras en tonos beige, marrón o negro, y variantes arquitectónicas como el tacón “kitten” o cuña discreta. Cada uno de estos elementos aporta una sensación de modernidad pulcra y serena.
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Más que una tendencia, estos zapatos son una declaración de principios. En un mundo dominado por tacones altísimos y plataformas espectaculares, los Frumpy Pumps se presentan como una especie de rebelión silenciosa, una forma de decir que el estilo también puede ser cómodo, real y terrenal. Lo más fascinante es que, sin pretender enamorar a nadie… lo consiguen.
¿A qué se debe este auge inesperado? La razón principal es sencilla: comodidad. En un contexto en el que el ritmo de vida es vertiginoso, muchas personas prefieren evitar el cansancio y el dolor que suele dejar una jornada entera con calzado incómodo. Y es que, en esta era más consciente, un tacón bajo refleja también una forma más honesta y auténtica de vivir y vestir.
Las pasarelas no son el único espacio donde esta silueta ha brillado. Celebridades e íconos del estilo han llevado estos zapatos a eventos tan destacados como los Premios SAG o el Grand Dîner du Louvre, donde se convirtieron en un statement contra la opulencia innecesaria.
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