El acelerado pulso de la comunicación moderna encuentra en FLUX, ahora instalada en el centro comercial Angelópolis, su manifestación artística más fascinante: una instalación interactiva que hace visible lo invisible, revelando los algoritmos y datos que definan nuestras interacciones digitales.
Producida por el polaco Ksawery Komputery, liderado por el creativo Ksawery Kirklewski, esta obra fusiona luz, sonido y tecnología para ofrecer una experiencia inmersiva sin precedentes en México.
Desde su debut en el Nobel Week Lights de Suecia, FLUX se ha presentado en ciudades como Miami, Praga y Vilnius, sorprendiendo a público y crítica con su innovador uso de tecnología creativa. Ahora es la primera ocasión que se exhibe en México y aterriza en Puebla, posicionándose en la fuente central de Angelópolis como una atracción gratuita disponible hasta el 20 de julio.

La instalación, de forma tubular, se alza 6 metros hacia el cielo y ocupa un diámetro de 13 metros en el suelo. En su interior, se encuentran 4 cámaras de alta velocidad y un sistema de sonido compuesto por ocho altavoces. Lo más impresionante: un entramado de 4,800 metros de tiras de LED que albergan 144,000 píxeles programados a 100 cuadros por segundo. Ambos elementos, software y hardware, han sido creados a la medida para sincronizar la secuencia luminosa con una banda sonora espacial, generando así un espectáculo tecnológico donde la interacción digital se percibe en tiempo real.

El concepto central de FLUX, y quizá parte de su magia, es visibilizar los flujos imperceptibles de datos que surcan nuestras pantallas y salas virtuales. Como señala su propio desarrollador: “transformamos la compleja tecnología de comunicación digital en patrones lumínicos dinámicos que revelan los algoritmos ocultos que modelan nuestros encuentros en línea a la velocidad de la luz”.

El montaje invita al público a sumergirse, caminar alrededor de los tubos, y observar cómo la estructura responde en tiempo real a través del código y de la música. La experiencia, además de visualmente hipnótica, resulta emocional y reflexiva.
FLUX no es solo una instalación de luces: es una propuesta que hace evidente el pulso invisible de nuestro tiempo digital. A través de su lenguaje de tecnología, arte y sonido, provoca una comunión entre lo físico y lo virtual, invitando al espectador a meditaciones sobre nuestra dependencia digital diaria.

Esta experiencia, totalmente gratuita y abierta hasta el 20 de julio en Angelópolis, es una invitación imperdible para conectar, literal y figuradamente, con la vertiginosa velocidad que rige nuestras interacciones.