“Mi vocación es llegarle a la gente, hacerla sonreír, dejarles algún mensaje y compartir mi trabajo”
¿Cómo te sientes en tu regreso al horario estelar de las telenovelas mexicanas?
Estoy muy feliz. Realmente nunca me fui de la televisión; pero si del género de la telenovela: por 2 años estuve en el prime time de Canal 5 con el reality Inseparables, donde conocí todo este mundo de la conducción, que me abrió muchísimas puertas y me conecto desde un lugar en una carrera que amo, que es la de entretener, y que contribuye mucho con mi vocación de poder llegarle a la gente, de hacerla sonreír, de dejarles algún mensaje y compartir mi trabajo.
Ahora, este regreso al horario estelar de las telenovelas con un proyecto enorme que se llama La Herencia, que tiene una historia increíble y se presenta en un formato que recupera el melodrama clásico.
En La Herencia pudimos experimentar el grabar una historia larga porque estamos trabajando desde diciembre y vamos a acabar en junio, lo que representa 7 meses de filmación que se van a traducir en alrededor de 120 capítulos.
También me gusta que en La Herencia tengo mi primer antagónico en el que no haré reír a nadie, y que serán muy pocas las personas que simpaticen con mi causa y mis actos en la trama.
Estar en un lugar donde me siento cómodo y no tengo ningún reto ni como actor ni como conductor, me aburre. Así que en La Herencia, con un productor como Juan Osorio y con un villano de esta talla, es todo un desafío que me está enseñando muchísimo.
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¿Qué clase de historia es La Herencia y quién es Cornelio Pérez?
Se trata de toda esta serie de eventos desafortunados y enfrentamientos que se van a generar a raíz de una herencia: siempre que pones un peso en la mesa hay pleito, alguien brinca, algo pasa entre familia y amigos y quién sea.
El dinero vaya que es importante; pero hay una delgada línea con él entre lo todo lo que puede ayudarte o cegarte de poder. Entonces, en La Herencia el dinero pondrá a todos los amigos y la familia en disputa. Es una de estas transferencias malditas que trae consigo todo este conflicto.
Cornelio Pérez es el caballerango de la hacienda de los Del Monte, una enorme hacienda aguacatera donde ocurre la historia. Cornelio se encarga de llevar toda el área campestre, y también es el mejor amigo de uno de los Del Monte que también se vuelve antagonista, porque además de crecer juntos casi como hermanos, tienen casi los mismos intereses.
Cuando ocurre una traición entre ese Del Monte a quien consideraba su hermano, Cornelio es llevado al límite porque entonces debe proteger a su familia, y es ese el único valor que Cornelio Pérez y yo compartimos: nuestro amor por la familia, y ser capaces de todo por ayudarla y defenderla.
Claro está que entre el personaje y yo hay toda una moral y ética que yo sí respeto y Cornelio no. Siempre he dicho que todos llevamos un villano dentro. Todos tenemos este lado oscuro o hasta gris donde llegamos a pensar “¡cómo me gustaría que este que se me acaba de meter en el tráfico que se le pagara el coche!”.
Todos tenemos ese villanito interior; pero en el mundo de la telenovela es una liga que se estira muchísimo, y que al final del día, en la ficción y cómo se organiza la historia, puede llevarlos a cometer delitos como secuestrar o hasta matar.
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Hay personas que llegan a amar al villano, y quizás es por esto que dices que podemos ver algo de nosotros mismos en ellos.
¡Exacto, ese es precisamente el trabajo del actor! Imagínate conseguir hacer de un villano alguien encantador. Y creo que este amor por los villanos está también en que ellos, desde la ficción, tienen la licencia y el valor de hacer lo que nosotros en la vida real no podemos.
La verdad es que me he divertido mucho siendo Cornelio Pérez; y con la narrativa de La Herencia puedes entender la evolución del personaje porque desde el primer capítulo no te lo presentan siendo malo o confabulando desde las sombras para perjudicar a otros en su propio beneficio.
Cornelio es un personaje bastante aterrizado, con mucho balance; pero conforme van sucediendo las cosas se va transformando. Me gusta expresar todo es cambio y que la gente entienda de porqué se escuda en esta máscara de villano. Finalmente, es una evolución de parte de los escritores al hacer a los personajes más humanos, cosa que me encanta para revivir los melodramas.
Nos mencionaste que Cornelio es un caballerango: ¿cómo ha sido esto de montar a caballo? ¿es algo que ya hacías?
Mi relación con los caballos siempre ha sido buena; pero tampoco es que montara cada fin de semana. Me ayuda bastante que los caballos tienen una afinidad con los humanos, y podemos crear esta conexión muy estrecha, una conexión que a mí parecer sólo ocurre con otra especie animal que son los perros.
Así que estando en grabaciones también he podido sentir como los caballos regresan muchas emociones, y también pueden leerte: saben si estás nervioso, si vienes de malas o si hasta tuviste un día pesado. Este lazo es muy bonito, tal vez es la segunda cosa que más he disfrutado con La Herencia.
Se me había olvidado el ritmo tan pesado que implica hacer una telenovela, y con caballos el trabajo es diferente; pero al estar con ellos también ha sido una experiencia muy bonita porque tenemos muchas escenas dentro de un foro, pero también otras más al aire libre, en haciendas maravillosas. Ha sido un gran acierto estar en La Herencia.
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¿Cuáles han sido las escenas más peligrosas de esta producción?
Tenemos escenas complejas en todos los sentidos: grabamos persecuciones, secuencias de acción y con mucho riesgo, otras donde tuvimos que exigirnos a nosotros mismos y a los caballos.
Sin dar muchos spoilers, una de las escenas más complicadas fue una en la que Cornelio considera que su hijo está en riesgo y trata de sacarlo de ahí, así que verán una persecución en camioneta donde hasta salimos a carretera. La complejidad de esa secuencia es que tuvimos que trabajar con un timing perfecto por la seguridad de todos.
Pero es algo que siempre disfrutas, y cómo acabas de decirlo: eso para nada suena a que estás en constantes retos.
Lo gozo siempre, y ahora imagínate con la chambota que me eché de pasar de hacer reír a la gente a que ahora me crean cuando estoy haciendo a un gran villano.
Estoy con la esperanza de que al público les guste esta nueva faceta, que reconozca que soy un buen actor de comedia, porque así me veo a mí mismo; y que también vean que tengo un amplio rango actoral y puedo hacer otra clase de personajes en producciones más grandes.
"Con La Herencia y Cornelio estoy dando este enorme brinco para poder ser un gran antagonista"
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Ya que mencionas esto de la comedia ¿sigues en la obra de teatro Como quieras, ¡Perro Ámame!?
Sí, en este 2022 seguiremos con este y otros proyectos en teatro. Esta obra lleva 10 años en el teatro mexicano, y siento que nos deben dar una medalla conmemorativa porque hay unas que no duran ni 10 semanas, y 10 años después sigue Perro.
En mi caso, por temas de cansancio físico y de rendir bien en lo que hago, decidí bajarme de la obra por un momento para enfocarme de lleno en las grabaciones de La Herencia. No estoy dando funciones, pero hay un gran elenco alternando para las funciones de jueves a domingo, como desde hace ya 10 años.
Estoy muy deseoso de poder terminar de grabar en junio para regresar al teatro y poder rendir al máximo. Ahora no podía estar en filmaciones y luego llegar a dar funciones de una obra que exige tanto. Además, la familia es muy importante, y los únicos ratitos que tengo para ellos y mi vida personal son sábado y domingo.
"A mí me gustaría poder con todo: ¡Imagínate que te haga sufrir con La Herencia de lunes a viernes, y que te haga reír sábado y domingo con Perro!"
¿Es cierto que te dedicas a pintar y decorar también?
Cuando comenzó la pandemia y todos teníamos miedo por lo que estaba pasando, no sabíamos que es el COVID, cerraron todo y no estoy entendiendo nada, fue un buen momento para explotar esta vena que tengo por la decoración y el interiorismo.
Me acerque a todos los artesanos que justo por la pandemia no podían tener abiertos sus micronegocios. Así podíamos echarnos la mano para crecer juntos.
"Conseguí crear www.riosantomx.com, una tienda virtual para conseguir clientes, vincular artesanos y que todos pudiéramos quedarnos en casa"
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Con toda esta incertidumbre, pensé mucho en los ríos que siempre encuentran su cauce, que siempre comienzan en una pequeña brecha, pero llegan a algo más grande que ellos, que desembocan en el mar y se transforman en algo más. Esto es lo que quería comunicar con mi marca: que al final vamos a llegar a un buen lugar.
También estamos en un país que es católico y guadalupano y creyente en algo superior a nosotros, así que por eso el nombre. El saber que en esta pandemia tenemos todos la fuerza para seguir moviéndonos.
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También creció mi parte de pintar, que es lo último de Río Santo MX, porque ya me expresaba en paredes cuando hacía interiorismo; pero ahora estoy en mi camino de encontrar un estilo propio que, además, en tiempo de pandemia y de conectar con la gente a través de redes sociales, me sirvió mucho para mi propia paz, y también para que otras personas se relajarán viendo mi trabajo, lo comprarán o hasta se inspirarán a hacer cambios en sus hogares.
Como lo dije en el principio de la entrevista: mi vocación es llegarle a la gente, hacerla sonreír, dejarles algún mensaje y compartir mi trabajo.