Patricia Soto no interpreta personajes: los habita, los enfrenta y los transforma en vehículo de verdad. Desde su nominación a la Diosa de Plata por Un actor malo hasta su paso firme por la televisión y el teatro con Mujeres Asesinas y El día que las estrellas dejaron de brillar, esta actriz originaria de Mexicali ha convertido su carrera en una declaración artística y política.

En esta entrevista, conversamos con ella sobre los desafíos de interpretar historias marcadas por la violencia, la sororidad, el silencio roto y la resiliencia.

¿Cómo pasaste vacaciones de Semana Santa?

Muy emocionada porque mi mamá estuvo conmigo de visita. Tenía mucho tiempo que no podía venir y me sentí muy apapachada. Soy de Mexicali, y alejarme de mi familia ha sido de las cosas más duras que he vivido por venir a estudiar y trabajar a la Ciudad de México. Mi cosa favorita es pasar tiempo con los míos, tiempo de mayor calidad, y ahora pude hacer cosas diferentes, turisteando en esta enorme ciudad.

¿Cómo recibiste la noticia de tu nominación a la Diosa de Plata a Mejor Actriz de Reparto por “Un Actor Malo”?

Fue una sorpresa muy bonita, ha sido maravilloso lo que Un Actor Malo me ha regalado; es una película muy importante para mí. La verdad es que no me lo esperaba. Estoy muy agradecida de que mi trabajo y lo que simboliza como equipo pueda hacerse visible a través de una nominación como esta, de ver cómo Un Actor Malo sigue rindiendo frutos.

En “Un Actor Malo” interpretas a Ximena, una vestuarista que decide romper el silencio sobre el abuso de poder en la industria. ¿Qué desafíos encontraste al darle vida a este personaje que se enfrenta a un tema tan delicado?

Me confrontó mucho con la mujer que soy, con la artista y creadora que busco ser. Es un tema que me importa, que me duele, y me siento afortunada de haber podido explorar un personaje tan importante para la trama de la película, porque pude encontrar esa fortaleza que en la vida real a veces es complicado.

Trabajé para encontrar esta humanidad que el personaje tiene, Ximena es fiel a sus convicciones y creencias, y hace lo que siente que es justo, siempre del lado de la víctima y con la certeza de que la industria, y cualquier ambiente laboral, merece ser habitado con ternura y confianza.

¿Qué representa para ti formar parte de una terna que reconoce la fuerza de las coactuaciones femeninas en el cine mexicano actual?

Significa un montón de cosas, me parece importante que las mujeres tengamos un espacio en el cine y en nuestro quehacer en general. Que existan encuentros de reflexión, y que compartamos lo que nos duele y pensamos a través de nuestro arte. Es momento de que ocupemos y habitemos nuestra poesía.

Las mujeres estamos abarcando el espacio que nos corresponde y que nos habían arrebatado, poco a poco podemos ir reconociendo la fuerza que hay dentro de nosotras para plasmarla en el cine mexicano, que es un medio para cuestionarnos y re-conocernos todo el tiempo. Además, comparto terna con actrices maravillosas que admiro mucho, para mí, es un privilegio ver mi nombre junto al de ellas.

Jorge Cuchi, director de “Un actor malo”, también está nominado en la categoría de Mejor Director. ¿Qué destacarías de su visión creativa y cómo influyó en tu interpretación?

Jorge es una persona maravillosa, un hombre que está en constante cuestionamiento sobre lo que nos afecta en el mundo y en temas sociales que pueden impactar al mundo y a lo que él cree. Sin duda, su calidad humana fue pieza fundamental para crear un ambiente maravilloso en el set, siempre comprensivo, nos dejaba proponer, navegar, errar, acertar y continuar.

Cuando me quedé con el personaje, me dijo que había pensado a Ximena como alguien muy humana, que jamás tendría que caer mal y que, al escucharme, lo sintió. Es un director (de los pocos que quedan) que lo más importante para él, es la historia, poner todo en función de ella y no al revés. Su visión sin pretensiones y su enfoque tan claro hacia un tema que no puede normalizarse más, me ayudaron a tomar fuerza e ir con él hasta las últimas consecuencias desde un lado honesto y humano.

“Estoy muy agradecida de la oportunidad que me brindó y de la conexión que logramos generar dentro y fuera del set”

Patricia Soto

Hablando de “El día que las estrellas dejaron de brillar”, la historia está ambientada en un contexto de violencia urbana real, con temas como la desaparición forzada y la violencia desde la perspectiva de una adolescente. ¿Cómo te preparaste para representar la dualidad entre la fantasía (la abducción extraterrestre) y la cruda realidad que vive tu personaje?

Luna (mi personaje), ha sido todo un reto porque desde la pandemia de no hacia teatro, y encontrarme con este personaje me ha llevado a lugares preciosos. Creo firmemente que las atrocidades que vivimos, que escuchamos y que contextualmente se vuelven cada vez más espantosas, nos pueden impactar de muchas maneras, así que lo lúdico e inocente que tiene este personaje, al tener un impulsor tan claro en su infancia que es encontrar a su papá, la vuelve fuerte y tenaz.

Me gusta como Luna no pierde su esencia en un mundo donde nos dicen que no hablemos más, que normalicemos la violencia que vemos o vivimos, y que nos mete hasta el cansancio en la cabeza que lo mejor es hacernos ciegos, sordos y mudos, ante un país que se cae a pedazos frente a nuestros ojos.

La fantasía ha sido un catalizador para jugar y entender lo duro que es crecer en un ambiente violento, así como la importancia de esas personas que crecen a tu lado. En la obra y en la vida, se habla de la adolescencia, donde se forma tu carácter y darte cuenta de cómo es el mundo en realidad duele; pero hay que permanecer con los pies bien en la tierra frente a eso que nos atraviesa, luchando en nuestro día a día y sin olvidar lo verdaderamente importante: lo que está siempre dentro de nosotros.

En los materiales que nos compartieron para la entrevista vimos que Mariana Reskala, la dramaturga, plantea una narrativa que mezcla lo poético con lo social. ¿Qué conversaciones tuvieron con ella y el director Ricardo Rodríguez para dar vida a esta historia tan simbólica?

Mariana y Ricardo son creadores maravillosos, artistas que siempre están socialmente alertas y que su empatía los hace crear desde lugares muy hermosos. Son personas muy cercanas al teatro y muy conscientes de las problemáticas de nuestro país y del mundo, son seres humanos que justo abordan con elegancia y poesía algo tan doloroso.

Platicamos mucho sobre el contexto, sobre la lucha del personaje, sobre todo el sistema alrededor de ella que intenta detenerla, sobre todas las batallas perdidas y la importancia de desobedecer ante tanto estímulo que busca silenciar. Buscábamos ver a una niña que fuera creciendo, que se rompiera a lo largo de su vida hasta darse cuenta de que siempre hay que ser valientes y serle fiel a lo que realmente somos.

Pasando a otro de tus proyectos… ¿Qué te atrajo de sumarte a un formato antológico como “Mujeres Asesinas” y qué reto representa para ti abordar un personaje completo en un solo capítulo?

Hacer televisión requiere de trabajo muy minucioso, de entender ciertas herramientas para poder resolver de forma instantánea. Me emocionaba hacer otro tipo de contenido, acompañar como actriz y mujer a una historia que busca encontrar fortaleza dentro de un ambiente que, para nosotras, nos puede haber sonado familiar en algún momento.

Soy la mejor amiga de ese personaje que está intentando defenderse y hacer justicia, recalco nuevamente que las redes de apoyo son importantísimas para poder salir adelante. Además, en esta ocasión, los formatos están muy interesantes, más apegados al cine y a crear historias potentes con actuaciones contundentes que ayudan a ver la realidad horrible que muchas mujeres viven diariamente.

La serie ha renovado ya dos temporadas y prepara una tercera. ¿Cómo ves la evolución del proyecto y qué aportes quieres hacer en tu participación?

He visto que los formatos son más apegados al cine, con actuaciones poderosas, con guiones que se ven trabajados desde lugares más interesantes y profundos. Quiero aportar y creer que podemos ocupar esos espacios las actrices que, por el momento, no tenemos un nombre que se reconozca a primera instancia. Quiero que el trabajo se diversifique y haya espacio para todas, que se cuenten historias así, como la de mi personaje, que forma parte fundamental del proceso de la protagonista para tomar acción. Recordar lo importante que son las amigas y nuestras redes de apoyo.

Patricia Soto

El género thriller-drama puede ser muy intenso. ¿Cómo equilibras la carga emocional de estos episodios con tu vida personal y profesional?

He tenido que trabajar mucho internamente, así como a nivel espiritual, para definir bien mis emociones, para separarlas y tratar de estar fuerte para lo que venga, sea una etapa en donde no haya trabajo, o encarnar un personaje que lleve una carga emocional densa.

Considero que es importante no juzgar a nuestros personajes, también es fundamental conocernos a nosotros mismos para después entender a la otredad y habitar ese encuentro que sucede en nuestro trabajo. Las artistas vivimos cerquita de nosotras porque es la única manera de entender un poco más a la humanidad, y luego dejar que ocurra la representación. Hay que alimentar siempre lo que somos, nutrirnos de lo que nos mueve como seres humanos y encontrar un espacio para habitarnos desde el autoconocimiento constante y también, desde el placer de ser.

Más allá de la actuación, ¿qué reflexión te deja interpretar historias inspiradas en hechos reales de violencia de género?

Me siento con una responsabilidad grande sobre lo que quiero reflexionar y profundizar como mujer y como comunicadora. Mi reflexión tiene que ver con una lucha personal para visibilizar un problema que nos mata, que diariamente nos hace sufrir y nos mantiene sobreviviendo con miedo. Un recordatorio siempre de lo merecedoras que somos del placer, que somos dueñas de nuestros cuerpos y de nuestra inteligencia.

“Es importante nuestra poesía, nuestro arte, y lucharé para que no lo olvidemos nunca. Merecemos vivir con respeto y en ambientes de seguridad y ternura”

¿Qué esperas que la audiencia descubra de ti en esta nueva faceta televisiva tras tu experiencia en cine y teatro?

Quiero que me puedan ver como una artista multidisciplinaria, que puede habitar cualquier género de manera digna y con respeto hacia mi profesión. Creo que cada medio tiene su complejidad, y estoy preparándome todo el tiempo para encontrar mi conexión con los personajes que me llegan, abrazarlos y abrazarme a mí al mismo tiempo. Soy una creadora que disfruta mucho su quehacer, y espero siempre poder transmitir ese cariño hacia la audiencia.

Este 2025 pinta muy bien con el final de temporada de “El día que las estrellas dejaron de brillar” y la próxima serie en VIX, ¿en qué más te veremos para lo que resta del año?

Tenemos unas funciones fuera para nuestra obra que nos emociona mucho porque es regresar al lugar en donde fue creada, tengo un par de proyectos cinematográficos gestándose y bueno, como actriz siempre estoy buscando oportunidades e historias que me interese contar y encarnar, que vayan acorde con la artista que soy y que sigo construyendo. Esto muy emocionada por lo que viene.

 

Sigue a Patricia en Instagram: @lapatysoto

PR: Yconik @yconik

Texto: David Patiño Torres @bavidbavid

Fotografías cortesía de Patricia Soto