El joven pintor mexicano trabajó con la firma italiana para la producción de sneakers de edición limitada para México.

¿Cómo se dio la colaboración con Salvatore Ferragamo?

Surgió muy rápido, fue fácil hacer el ensamble porque la marca y yo tenemos muchísimos valores en común, y creo que el más importante es el tiempo. Ambos creemos que el tiempo se traduce en calidad. Ferragamo lleva casi 100 años haciendo zapatos, y mi familia lleva 250 años pintando aves. Los dos sabemos, por nuestra experiencia e historia, que la manera más honesta de lograr un buen trabajo es con la pasión que solo el tiempo te puede dar.

Los sneakers son uno de los best sellers de la mar- ca, y apostaron por el arte mexicano, por lo que ha sido todo un honor que eligieran un joven poblano para este proyecto. Los resultados me gustan mucho porque es la combinación de lo clásico y el lujo en una expresión muy moderna.

Ferragamo me contactó directamente y se dio todo este maravilloso trabajo. Siento que Italia y México comparten mucho en esta colaboración, este vínculo va más allá de los colores tiene que ver con sentimientos y la fusión entre diseño y arte de cada nación.

¿Cuántos pares estarán disponibles?

Son 150 de cada modelo, así que son 300 pares de edición limitada en total. Quería lograr un ensamble de la marca con mi obra. Para un modelo decidí usar el logo de Ferragamo en una forma muy sutil; mientras que para el otro literalmente escribirlo. El tucán, la golondrina y la garza capturan la identidad cultural que estábamos buscando.

Las aves y los animales son un elemento frecuente en tu obra, ¿a qué se debe?

Mi familia lleva 250 años pintando aves, y siempre serán una parte central de mi quehacer artístico, no sólo por la tradición sino por el tema de mi obra, la libertad y, sobre todo, quién soy hoy: un artista contemporáneo mexicano tiene que hablar sobre libertad.

¿Qué experiencia te dejó trabajar con Ferragamo?

Con esta colaboración, al igual que en todas las que hago, me doy cuenta de lo lejos que puede llegar México, y que el arte es una poderosa herramienta para llevar a nuestro país al lugar en el que queremos verlo.

Dicho esto, ¿qué representa México tras tu estancia en París?

México es mi todo, si estoy en París ahora es porque quiero crecer. Creo que es muy importante que un artista se desarrolle fuera de su contexto natal para que pueda conocer otras corrientes; pero todo lo que hago es por mi país. Cada paso de mi vida, como trabajar en otra ciudad, busca promover a México como una capital mundial del arte, y tenemos mucho talento para exportar.

El muralismo en México tiene una carga social y política muy importante, ¿en qué posición dirías que está tu trabajo ahora?

Desde muy chico siempre he creído que cualquier persona, incluyendo a los artistas, puede expresar lo que siente; pero sólo un muralista puede expresar lo que siente su país, por lo tanto, mi sentimiento, tanto como artista como ciudadano, siempre es muy político. Y me pidieron que no hablara de política, pero es algo muy importante que debemos tocar porque, en el momento en el que estamos viviendo, el arte tiene que ser el portavoz de la gente.