Gerardo cierra este año con una serie en Prime Video y su primer cortometraje, proyecto que él mismo escribió, dirigió y actuó. Para 2025, Oñate regresa a Netflix con “Bandidos” y el estreno de la película “Tekenchu”

¿Cómo llegó a tus manos el guion de “Ahora que no estás” y qué te motivó a aceptar el papel de Tavo?

Llegó a través de una audición que me mandó mi agencia, y fue de hecho muy peculiar, ya que acababa de recibir la noticia de no haberme quedado en un proyecto el cual pensé que se daría, y al hacer el self-tape, no sentí que lo hiciera increíble.

No obstante, una vez que me eligieron y me compartieron los guiones de los 7 episodios no pude sino enamorarme de la historia, la dinámica de los personajes y el mensaje de la serie.

La serie aborda el amor y la conexión más allá de la vida. ¿Cómo te preparaste emocionalmente para un tema tan profundo?

Tavo tiene la peculiaridad de ser muy similar a mí, al menos en estudios, ambiciones empresariales (él tiene un café, y a mí me encantaría tener uno), y tiene a una hermana mayor al igual que yo. Entonces, al menos en eso, fue fácil conectar con él.

Respecto a la muerte, junto con Pepe Bojórquez, nuestro director y showrunner, platicamos sobre qué habría pasado con Tavo a lo largo de ese año luego de que Mía muere, y coincidimos en que quizá él representa el otro lado de la pérdida, en el que Tavo aprende a lidiar con ella a través del apoyo de su familia y amigos, a diferencia de Javi quien termina por aislarse.

Trabajaste junto a actores como Ana Serradilla y Erik Hayser. ¿Cómo fue la dinámica en el set y qué aprendiste de ellos?

Increíble. Por un lado, Ana siempre estuvo dispuesta a encontrar aquello que une a Tavo y a Mía como hermanos, la forma en la que se llevan, se relacionan y bromean entre ellos, sin importar que tuvieran pocas escenas juntos.

Por el otro, Erik, quien no sólo es un excelente actor, sino que es un auténtico líder en el set, con una amabilidad y disposición para hacer que las escenas fluyan y luzcan por la participación de cada uno de los personajes.

En general, ambos son extraordinarios compañeros cuya naturalidad al trabajar traspasa la pantalla.

La serie se estrena en plena temporada navideña. ¿Crees que este contexto aporta algo especial a la experiencia del espectador?

Sí, totalmente. Creo que son fechas no sólo de reflexión o agradecimiento, sino también de mucha nostalgia, y compartir con la familia los recuerdos y el cariño hacia aquellos que, en efecto, ya no están, permite que el mensaje de volver a empezar. Es decir, se consolide a través del amor desinteresado e incondicional que le tiene Mía a Javi incluso después de la muerte.

Cambiando un poco de tema, “El Vocho del Averno” marca tu debut como director. ¿Qué te llevó a dar este paso detrás de cámaras?

Desde que empecé a actuar (hace 10 años), comencé también a escribir, todo ello en la búsqueda de personajes e historias que -hasta hoy- no están del todo a mi disposición, de no ser porque he terminado por escribírmelas y eventualmente producirlas.

En el caso del Vocho, tenía ganas de poner a prueba mi visión como director, la cual en muchas ocasiones, como guionista solamente, me hubiera gustado sentirla más presente en el resultado final de los proyectos. De cierta manera este corto representa una especie de graduación (o eso espero) de la escuela del cine que he terminado por hacer “por la libre” desde que tengo 28 años.

El cortometraje combina elementos de terror y comedia. ¿Por qué elegiste estos géneros para tu primera obra como director?

El terror, desde la perspectiva fantástica, y la comedia son elementos muy propios de nuestro folklor como mexicanos, nuestras historias, cuentos y otras narrativas; aunque pudieran llegar a ser dramáticas, siempre cuentan con algo de magia y humor, muy como lo que somos y lo que vemos en nuestro día a día.

Además de estos elementos, decidí tomar la cumbia como soundtrack, dotando al corto de un carácter “muy chilango”, pero a su vez muy familiar.

Gerardo Oñate

¿Cuál fue el mayor desafío al llevar “El Vocho del Averno” a la pantalla, desde la escritura hasta la producción?

Los recursos, como siempre sucede con el cine independiente. Aplicamos en un par de ocasiones a diferentes convocatorias nacionales y locales, y los requisitos -como un régimen fiscal en específico- pueden ser razón suficiente para no quedar inscrito o aceptado.

Por ello, decidimos buscar el financiamiento (en cuanto a los honorarios), a través de la plataforma de Kickstarter, cuya meta alcanzamos justo el día que terminaba nuestra campaña. Con estos fondos pudimos pagarle a todo el cast y crew; si bien no full-rate, al menos algo significativo para percibir al proyecto como lo más profesional posible.

En el filme también actúas como Damián. ¿Qué tan complicado fue equilibrar tu rol como actor y director al mismo tiempo?

En un principio, la idea era únicamente dirigir (luego de haber escrito y preproducido), no obstante, uno de los actores protagónicos tuvo que bajarse del proyecto a unos cuantos días del rodaje, y desgraciadamente no contábamos ya con el tiempo para castear y/o involucrar a nadie más.

Con esto dicho, tuve que trabajar mucho más en la preproducción para dejar muy clara la visión que tenía de lo que habría de verse a cuadro, tanto en el aspecto técnico, como en el sentido actoral. Así que hicimos varias pruebas de cámara y ensayamos lo más posible en nuestras locaciones, con la finalidad de tener todo muy bien coordinado e incluso rodar en el menor tiempo posible.

Es muy interesante cómo se dieron las cosas, y a veces toca sacarlas así. Dicho esto, tu carrera incluye proyectos variados, desde el drama de “Poderoso Victoria” hasta el terror. ¿Cómo eliges tus proyectos y qué buscas en ellos?

Creo que va más allá del género; lo que me interesa es darle vida a personajes que forman parte de historias que considero valen la pena ser contadas. No obstante, a veces puede ser suficiente que sean proyectos de gente a quien aprecio, y con quienes compartimos el camino como realizadores.

Tenemos el dato de que también eres coescritor de “Tekenchu”, ¿qué esperas lograr con su versión como largometraje en un festival tan importante como Blood Window?

Ahora con su paso por Blood Window y los premios obtenidos, creo que lo que sigue es postproducirla de la mejor manera para contar la historia como la concebimos, para que su mensaje no sólo sea claro y contundente, sino que también sea una experiencia para todos aquellos que nos honren viéndola eventualmente.

Has mencionado en entrevistas que la actuación y dirección son formas de contar historias. ¿Qué historia personal o universal te gustaría explorar en el futuro?

Definitivamente historias de identidad, es decir, aquellas que giran en torno al hecho de que en nosotros está el poder de definir quiénes somos, más allá de lo que nos rodea o de nuestra propia naturaleza. Algunos de esas historias se encuentran ya en desarrollo.

Tu formación en técnicas como Lucid Body y Alexander Techworks ha influido en tu interpretación. ¿Cómo aplicas estos métodos en tus proyectos actuales?

Creo que la polaridad y la presencia tanto en las historias como en los personajes es lo que los y las convierte en interesantes, no sólo trato de matizarlos de acuerdo con el momento de la historia (o a lo que representan para otros personajes), sino también lo tomo en cuenta al momento de desarrollar algún concepto o trazar algún camino para los personajes que escribo.

Creo que, y sin ponerme muy técnico, lo más interesante como audiencia son los personajes que escuchan y que viven en presente, y eso -desde adentro- sucede para mí no sólo con su correspondiente trabajo de escritorio, sino también por la comodidad y en ocasiones las peculiaridades de habitar físicamente el cuerpo específico de cada personaje de acuerdo con su momento en la historia.

Gerardo Oñate

¿Qué mensaje esperas que el público se lleve después de ver “Ahora que no estás” y “El Vocho del Averno”?

Ahora que no estás” habla del amor incondicional y del volver a empezar, de saber que todos en algún momento dejaremos de estar y eso es de lo más normal y natural de la vida. Y en cuanto al Vocho, creo que va más hacia el lado de las consecuencias de nuestras acciones y el Karma casi-inmediato.

Actor, escritor y ahora director… ¿Qué rol disfrutas más y por qué?

Disfruto todos por igual; pero si tuviera que elegir alguno, quizá elegiría actuar, porque uno puede desempeñarse mucho más como actor a lo largo de un año que sólo como escritor o director. Es decir, uno puede realizar varios proyectos como actor a diferencia de un creador, que en ocasiones un solo proyecto puede tomar años.

¿Qué otros proyectos vienen para ti en 2025 y cómo planeas seguir creciendo como creador?

El 23 de enero regresará “Bandidos” a Netflix, es en su segunda temporada donde tengo una pequeña pero sustanciosa participación con un personaje que sinceramente me encanta. No puedo decir mucho al respecto, pero es -de facto- un personaje como ninguno que he interpretado antes.

Así mismo, si todo sale bien, Tekenchu (la película) estará postproduciéndose en esos primeros meses del próximo año, con miras a arrancar su ruta de festivales hacia el segundo semestre.

 

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Fotografías de Víctor Oliveira.

Agencia de PR: Yconik.

Texto: David Patiño Torres.