Cuando parece que la vida a nuestro alrededor se cae a pedazos,
a veces nos cuesta darnos cuenta de las bendiciones que tenemos

 

Concentrarnos en lo malo o que no es perfecto es más común de lo que parece. Por eso debemos poner un freno a nuestra mente, y guiarla a por un rumbo distinto. Esta no es una tarea sencilla, por lo que necesitamos recordatorios diarios para estar agradecidos, tanto con nosotros mismos como con nuestro entorno.

Agradece tu respiración

Respirar es un acto involuntario; pero al ser monitoreada y conducida, puede mostrarnos nuestros niveles de estrés o tranquilidad.

La respiración profunda limpia nuestros cuerpos y mentes

Al llenar nuestro pecho de oxígeno, se expande también nuestro corazón y llenamos de energía nuestro cerebro. Al prolongar cada inhalación y exhalación, ejercemos nuestro poder para nutrirnos, así que debemos estar agradecidos por cada respiro.

Date vida. Respira con calma y deja que todo fluya

Gracias a tus hombros

Cuando sientas el peso del mundo sobre nuestras espaldas, trata de no estar agachado ni encorvado. Siéntate derecho, agradece a tus hombros por cargar toda tu tensión y déjate liberar con un masaje.

Gracias a la naturaleza

Tal vez no estás en la casa de tus sueños, rodeada de un jardín floreciente o un arroyo de montaña; pero hay trozos de naturaleza que se filtran en nuestras vidas, voluntariamente o no. Riega y cuida la planta dentro de tu casa o el árbol de tu calle. Además, los estudios demuestran que la exposición a la naturaleza y a la vegetación nos hace felices, así que agradece el verde (la vida) que tengas a la vista.

Cuando cuidas y riegas una planta, esta crece y florece. Lo mismo pasa con las personas

Gracias a tu pasado

Solemos poner nuestra mente y corazón tanto en el pasado como en el futuro hipotético. Cuando nos enfocamos en estos dos horizontes, olvidamos del momento presente. En lugar de vivir en el arrepentimiento de las cosas que una vez dijimos o hicimos, agradécelas. Sin importar cuánto dolieron, las lecciones aprendidas son una forma de riqueza y crecimiento, así que debemos dar gracias porque nos pasó.

Sonríe y agradece tu pasado

Gracias a tu familia

Sin importar que se trate de la familia que nos tocó o la que elegimos, tenemos momentos significativos en cada relación. Si somos capaces de valorar el cariño y apoyo de nuestros seres queridos, estamos agradeciendo por nuestras raíces.

Gracias a tus oídos

Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo hablando, pensando en cómo queremos quedar ante quien oiga nuestra voz. Es normal, todos necesitamos atención, y por eso debemos dársela a otros. Escuchar es una de las tareas más difíciles, porque nos sentimos con el derecho o la obligación de hablar también. Cuando nos negamos a escuchar, le faltamos el respeto a quien con sus palabras nos ofrece sus pensamientos y sentimientos.

Agradece a tus oídos, porque con ellos puedes comunicarte con los demás

Gracias a tu cuerpo

Para la mayoría de nosotros, es difícil verse en el espejo y sentirse completamente satisfecho. Cada pequeña imperfección, autoproclamada o comercializada socialmente, es nuestra, es parte de nosotros. Da las gracias porque puedes digerir los alimentos para nutrir tus células, por hacer todo eso que te deja agotado, pero en plenitud. Agradece también porque puedes descansar y levantarte. Muestra gratitud cuando experimentas un dolor, especialmente si es señal de una amenaza. Agradece por las sensaciones, por tu forma orgánica, por tu movimiento.

Tu cuerpo es tuyo de por vida,
así que es mejor darle las gracias cada día