En Internet y redes sociales hay muchos artículos que explican la importancia de mantenerse correctamente hidratado durante todo el día para estar en forma, tanto física como mentalmente.
¿Sabías que una leve deshidratación, aunque sea solo del 2 o 3 %, puede ser suficiente para provocar problemas de concentración o dolores de cabeza?
En general, los beneficios del agua son tantos y tan variados que afectan positivamente a cuestiones tan diversas como:
- Rejuvenecimiento (hace que nuestra piel se mantenga más tersa y radiante).
- Limpieza del organismo de toxinas y otras impurezas.
- Mantenimiento de la lucidez y concentración.
- Ayuda en la pérdida de peso y mejora el tránsito intestinal.
En esta ocasión, nos centraremos en los beneficios del agua en un momento concreto del día: justo antes de irnos a dormir.
1. Disminuye la posibilidad de calambres
¿Quién no ha sufrido alguna vez los molestos calambres por la noche, sobre todo en la zona de las pantorrillas? Está demostrado que hidratarse bien, sobre todo antes de acostarse, es la mejor forma de evitar este problema.
2. Previene derrames cerebrales e infartos
El agua es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y cardiovascular. Además, prácticamente todos los cardiólogos coinciden en que el mejor momento para eliminar las toxinas del cuerpo es cuando nos encontramos acostados.
3. Regula la presión sanguínea
Beber un poco de agua por la noche, al menos un par de horas antes de dormir, resulta especialmente indicado para aquellos que sufren subidas repentinas en la presión arterial.
4. Contrarresta los efectos del alcohol
Si durante la cena hemos ingerido alcohol, sobre todo en una cantidad que vaya más allá de lo aconsejable, el agua es el remedio ideal por varias razones: evita la deshidratación y alivia los dolores de cabeza y musculares. En otras palabras, beber antes de acostarse puede ayudarte a que por la mañana no sufras la temida resaca, o al menos tus síntomas sean más leves y pasajeros.