La crioterapia o terapia de frío consiste en someter al cuerpo a temperaturas frías, hielo o herramientas (compresas de hielo, aerosoles, sondas…) para mejorar la salud.
Antes de que llenes la tina con hielos o te salgas a correr en top y short durante la madrugada, debes saber que esta clase de terapias se aplican en centros especializados donde te meten en cámaras criogénicas controladas.
Estas cámaras, generalmente del tamaño de una persona, están ubicadas alrededor de una heladera a -90 grados centígrados, y el tiempo de permanencia es de unos 3 minutos; pero depende mucho de tu estado físico.
Beneficios de la crioterapia
Es importante que sepas que la terapia de frío no ha sido lo suficientemente estudiada para corroborar los beneficios que aporta al cuerpo. Dicho esto, varios especialistas a cargo de establecimientos que proporcionan crioterapia declaran que los beneficios son los siguientes:
- Recuperación muscular.
- Estimulación metabólica.
- Ayuda contra la inflamación, especialmente después del ejercicio.
- Promueve la estimulación de colágeno.
- Crea un efecto ‘Ice Lift’, que levanta la piel flácida e hinchada de manera instantánea.
- Rejuvenece un cutis opaco a la vez que esculpe la cara.
¿Puedo obtener crioterapia y sus resultados en casa?
En una palabra, no. Las cámaras están diseñadas para brindar resultados seguros y efectivos al regular la temperatura sin disminuir la central del cuerpo.
También es necesario un diagnóstico previo para evaluar tu situación de salud para saber si eres candidato a la crioterapia, así como el tiempo y la sesiones que te convienen más.
Puedes emular algunos resultados si tomas un baño breve de hielo, pasar un cubo de hielo para ayudar a desinflamar tu rostro, o poner unas cucharas en el congelador para después colocarlas sobre los ojos para reducir las bolsas.
Contraindicaciones
Como todo tratamiento, existen posibles riesgos y contraindicaciones respecto a la crioterapia. Así que te sugerimos acudir con especialistas de la salud y a lugares acreditados.
El frío y las bajas temperaturas pueden causar desde sabañones hasta enfermedades respiratorias y cardiovasculares, e incluso la muerte.