Existe una popular opinión acerca de que los hombres harían cualquier actividad; así sea la más inimaginable, en lugar de ir a terapia o enfrentar un problema concerniente a un vínculo sexoafectivo. Veamos qué tan real es esto.

Cuando se trata de relaciones, la mayoría de los hombres evitará a toda costa la confrontación. O al menos esa es la creencia que tratamos de desmitificar. En este sentido, comúnmente los varones prefieren evadir la situación al primer indicio de que su pareja se está preparando para dialogar después de un problema. Incluso muchos le tienen tanto miedo a la confrontación que prefieren permanecer en una relación disfuncional antes que discutir sus malentendidos de frente.

¿Cuál es el motivo de esto? El especialista en conexiones humanas Mark Groves comparte sus ideas acerca del por qué los hombres evaden la confrontación. Te dejamos sus explicaciones.

1. No se trata del género

Mark Groves trata de disipar este concepto erróneo, y afirma que el miedo a la confrontación no es necesariamente un rasgo masculino, pero entonces, ¿por qué evitar la confrontación se le asocia principalmente a los hombres? Groves considera que las normas de género, la socialización y las expectativas culturales son algunas razones por las que ocurre este fenómeno.

2. No hay identidades por naturaleza

Groves añade que el ambiente social contribuye a que los hombres eviten la confrontación.

“Desde una edad temprana, a los hombres se les enseña a ser estoicos, duros e independientes. Se les anima a ser asertivos, competitivos ya evitar la vulnerabilidad y las emociones”, explica Mark Groves

En ese sentido, se les ha inculcado a los hombres a no demostrar sus emociones, que es justamente lo que sus relaciones requieren más de ellos. “Dar un paso hacia la conciencia emocional y la comunicación requeriría abandonar la definición que le hemos dado a los hombres para que se sientan valorados”, agrega.

3. Miedo al fracaso 

Si una relación se complica y ya no resulta sana, la mayoría de los hombres evitará la confrontación, sin importar si es un intento de reparar o terminar con ello. Esto mismo suele interpretarse por muchas personas como falta de interés o de empatía, cuando podría ser todo lo contrario. Groves considera que el mayor temor de los hombres es llegar a decepcionar a sus parejas, por lo que enfrentar a cara esa verdad podría ser demasiado.

El especialista concluye que esta evasión está vinculada al hecho de que los hombres por lo general no saben cómo manejar una confrontación con éxito, lo que hace que en muchas ocasiones internalicen la presencia del conflicto como una insuficiencia dentro de ellos mismos.

Groves aclara que algunos hombres no saben que recibir comentarios sobre cómo pueden mejorar en la relación no significa que son un fracaso, sino que son humanos.

“La mayoría de nosotros, independientemente de nuestro género, no vemos nuestras relaciones y los desafíos que tenemos como una muestra de cómo podemos crecer”, subraya Mark Groves

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