Oro, platino, diamantes, zafiros y cerámicas hechas en laboratorios tras años de investigación, son las tendencias a las que estamos acostumbrados; pero gracias a BOVET 1822, ahora podemos ver el dominio de la ciencia en una esfera de dulce

Desde que conocí el nuevo Miss Audrey Sweet Art de BOVET 1822 quedé fascinada por los colores de la esfera hecha con cristales de azúcar, así como por el detalle de las agujas del que les hablaré en un momento.

Sin más vueltas, el Miss Audrey Sweet Art innova con un material y un proceso artesanal para obsequiarnos con algo insólito en relojería: una esfera fabricada con azúcar.

Cristales eternos y sin margen de error

El proceso de creación de esta esfera es extremadamente complejo. Primero, los cristales de azúcar puro se preparan para que su estructura no se altere al exponerse a la luz o al calor. A continuación, los cristales se seleccionan por tamaño y se mezclan con una pintura especial. En último lugar, uno de los artesanos especialistas en pintura en miniatura de BOVET los aplica a mano sobre la esfera. Se trata de un exigente proceso patentado donde no cabe margen de error. Cualquier paso en falso obligaría al maestro relojero a empezar de nuevo.

Miss Audrey Sweet Art BOVET 1822

Debido a su fabricación artesanal a mano, cada esfera es una pieza única. La propuesta de colores es variada, desde tonalidades sólidas a degradadas.

Miss Audrey Sweet Art BOVET 1822
El símbolo del amor a cada hora: cuando el minutero alcanza a la aguja de las horas, un sensacional corazón nos recuerda a nuestros seres queridos.

Versatilidad al máximo

Otra solución creativa del Miss Audrey Sweet Art radica en las dos formas en las que puede usarse: gracias a un sencillo sistema (que no requiere de herramientas) puedes cambiar las correas por una cadena, y viceversa, así que tienes un reloj de pulsera y uno de bolsillo en la misma pieza.