El autocuidado es esencial para la salud mental y puede conducirnos a una vida equilibrada, saludable y feliz
El cuidado personal es un tema amplio, y aprender a equilibrar cada una de estas áreas puede ser un desafío, por lo que a veces es útil explorar el autocuidado en cuatro categorías: autocuidado mental, autocuidado emocional, autocuidado físico y autocuidado espiritual. Todas contribuyen a nuestra salud mental porque todo está conectado.
El autocuidado incluye comer adecuadamente, hacer ejercicio, dormir bien, afrontar adecuadamente las emociones (como el estrés, la vergüenza, el dolor y la decepción), socializar, tener citas, una sana soledad, espiritualidad, relajación y descanso, practicar la gratitud, ocuparse de los asuntos financieros, cumplir con las obligaciones y muchos otros importantes rituales diarios de atención plena.
El autocuidado puede ser difícil para quienes nunca recibieron cuidados de sus cuidadores principales. Puede haber mucho dolor y entrega involucrados en finalmente asumir la responsabilidad de su propio bienestar, incluso si nadie más lo hizo en su pasado. A pesar de lo difícil que puede ser practicar el autocuidado, es fundamental recordar que eres capaz de amarte y honrarte a ti mismo y que tienes el poder de desarrollar hábitos de autocuidado que nutrirán tu vida.
Autocuidado mental
El estrés es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades. Trabajar para reducir el estrés en nuestra vida puede generar enormes dividendos en términos de ahorro de tiempo, ahorro de dinero, mejora de la salud y mejores relaciones. Sobre todo, puede crear un entorno mental más tranquilo y confortable.
Los pensamientos que tienes contribuyen a tu confianza y felicidad en general, por lo que replantear los pensamientos negativos o distorsionados es algo importante que debes aprender a hacer.
Autocuidado físico
La dieta, el ejercicio, la hidratación y el sueño son extremadamente importantes cuando se habla del autocuidado físico.
Los principales factores de estrés en nuestro cuerpo son la falta de sueño, el alcohol, la nicotina y el azúcar. Podemos recurrir a estas sustancias como un atajo para lidiar con el estrés, pero con el tiempo agotan nuestros órganos.
¡Actívate!
Realizar actividad física puede ser lo último que tengas en mente cuando estás estresada, sin embargo, dado que el estrés libera hormonas como la adrenalina y el cortisol, moverse puede ayudar a engañar a su cuerpo para que crea que ha ejecutado con éxito una respuesta de “lucha o huida”, que a su vez reduce el estrés.
Las opciones son simples: dar una caminata rápida cuando te sientas tensa puede hacer maravillas con tu estado de ánimo y estado mental.
Autocuidado emocional
Cuando se trata del autocuidado emocional, es importante sentirse cómoda, sentarnos con nuestras emociones, hablar y vivir nuestras circunstancias. Hacer esto ayudará con el estrés y también con nuestra salud mental.
Una forma de empezar es trabajar en la asertividad. Muy a menudo, cuando nos enfrentamos a un problema o conflicto, nos acobardamos porque carecemos de las habilidades necesarias para afrontar la situación con éxito, y con ello evitamos, postergamos o disfrazamos nuestras emociones.
La asertividad no es lo mismo que ser dominante o exigente. Se trata de ser firme con el objetivo de conducir a situaciones en las que todos ganan, que siempre son las mejores para todos los involucrados
Autocuidado espiritual
Se trata de crear prácticas y hábitos que te sirvan para conectar contigo misma y que no necesariamente tienen que encajar en la lógica de producción capitalista. Busca esas actividades y descansos que te devuelvan la energía, renueven tu espíritu y te den tranquilidad.
Algunas formas de hacer esto incluyen salir o pasar un poco de tiempo en la naturaleza: dar un paseo, caminar o correr. Intenta escribir un diario, dibujar, cocinar, tomar un baño, meditar o hacer algo de respiración.
Tener una práctica de gratitud o un momento de oración todos los días siempre nos ayuda a mantenernos firmes y conscientes de nuestras bendiciones
Hay muchas formas en las que podemos aumentar nuestro cuidado personal. Elige hoy una forma de incorporar un acto o rutina de cuidado personal en tu vida.
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